
Compartimos experiencias, historias y anécdotas alrededor
del calor de la estufa y una deliciosa paella. La velada estaba acompañada de
un vino verano. Como entrada, un montadito de jamón serrano y brotes de rábano;
Siguiendo con el menú español en honor al maestro de obra (quien vivió algunos
años en dicho país), un gazpacho de sabor sutil a ajo; pimientos, cebollas y
tomates frescos como guarnición. Simplemente indescriptible.
Paso a paso, nuestra anfitriona nos enseñaba tips o uno
que otro truquito culinario para cocinar la paella. Langostinos, mejillones y
ostras fueron los protagonistas de la noche pues, para los trabajadores, fue
toda una aventura gastronómica probarlos por primera vez.
Y para sorprendernos aún más, el postre se componía de
una paleta de crema inglesa con praliné de frutos secos y un esponjoso ponqué
bañado en brandy. Qué mejor manera de cerrar la noche entre compañeros y
amigos.
He querido compartir con ustedes esta experiencia, con la
plena certeza de que quien hace las cosas con el alma, pasión y sin pretensiones logra transformar
corazones y darle sentido a la vida. Sólo palabras de agradecimiento para
nuestro cliente; son nuestra razón de ser y esto nos llena de motivación para
seguir trabajando.