Viernes en la noche. Visitaría un nuevo lugar de comida
árabe. Su propuesta gastronómica incluye 3 platos exclusivamente con carne de
cordero. Ya los quería probar.
El restaurante está ubicado en la esquina de una
concurrida calle, con capacidad aproximada para 40 comensales. Una cocina
abierta, a la vista de todos.
A la espera de ser atendidos o amablemente ser
bienvenidos, nos sentamos. Pero debo decir que todas mis expectativas se fueron
al piso por la mala atención recibida y la poca disponibilidad de la persona
frente al negocio para explicarnos el menú o variarlo según mis preferencias
alimenticias.
Finalmente ordenamos 2 platos, los cuales tenían muy buena
sazón pero el sinsabor por la mala atención perduró durante toda la velada. Tan
pronto terminamos, nos marchamos.
En su libro La
ruta del servicio, Gabriel Vallejo López nos explica un poco más sobre este
factor esencial y determinante si queremos fidelizar
un cliente y no solamente venderle el producto o servicio. Él expone:
‘’La cultura del servicio es algo que se
enseña con el ejemplo, y si en la cabeza no hay un líder a quien le apasione el
tema, tampoco habrá empleados con vocación
de servicio’’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario